viernes, 9 de noviembre de 2007

NO TODO SE REDUCE A LA TÉCNICA

Volvamos a la realidad. El bonsai es un arte extraño con el que se puede crear sensaciones de realidad y naturaleza por medio de la manipulación, durante un largo periodo de tiempo, de árboles, piedras, rocas y maceteros. Cada bonsai es un original del que no existe copia, su creación jamás podría darse por acabada y siempre se deberá seguir adelante.
El arte de bonsai no puede enseñarse del todo a través de técnicas exactas, como sucede, por ejemplo, con el Ikibana, que es el arte de la composición floral. Esto se debe, ante todo, a la necesidad de proteger la vida de la planta.
Limitar el bonsai a una determinada técnica de las plantas. Si se intenta forzarlas bajo un esquema determinado, sin considerar su propia naturaleza, puede llegar a morir. Esto se debe a que la fisiología de las plantas es limitada y deben conocerse estos límites y tenerlos presentes cuando se trata de crear un bonsai. Aparte de algunos árboles salvajes, pienso que los bonsai son los seres vivientes más viejos, lo que significa que hay que ayudarlos a vivir cuidándolos con amor y compartiendo con ellos las alegrías y las penas. Se dice que la vida de un cerezo salvaje, en la naturaleza, es de unos 120 años, pero no es extraño ver ejemplares bonsai de esta especie aún más viejos. Es un sentimiento religioso que se demuestra cuidando y amando a un bonsai que es mucho más viejo que otros mismos.
Quienes, hoy en días, están interesados por el arte del bonsai, han estudiados de un modo u otro bajo la guía de algún buen maestro y han aprendido las técnicas para crear un Chokkan (Tronco Recto), un Moyogi (Tronco Informal), un Sacan (Tronco Ondulado) y un Kengi (Árbol de Cascada); pero, al llegar al nivel del Nejikan (tronco Retorcido) o al sistema para forzar el aparato radicular a las ramificaciones, se dan cuenta de que no todo sucede como habían pensado.
A pesar de llevar trabajando con bonsai 7 años, debo superar problemas casi cotidianos relacionados con los abonos; el tipo de tierra, el riego, las piedras o las rocas o para sujetar las ramificaciones.
Jamás ha existido un método rápido para tomar importantes decisiones, y a menudo se requieren muchos años para llegar a una solución satisfactoria. Hace poco que llegué a una conclusión personal; la técnica más atractiva del arte del bonsai es la de transformar una planta de aspecto no natural en una de aspecto natural.

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